Al principio, las cintas elásticas las comenzaron a usar los fisioterapeutas deportivos, dando altos resultados en la restauración de los músculos. Y de ahí dio el salto al mundo de los tratamientos faciales como una alternativa a los métodos invasivos de toxina botulínica y rellenos.
La aplicación de cintas en la cara relaja los músculos, los tonifica, restablece el flujo sanguíneo y linfático, quita los excesos de agua, y como resultado las arrugas y pliegues se atenúan y el rostro se ve más joven y fresco.